domingo, 19 de julio de 2009

El gato y el bateador. (II)


Capítulo 2. El Black Yamamoto y el sonrojo de Smoking Bomb

Hayato Gokudera caminó a través de la calle y cuando vio la copa de los árboles asomándose por encima de la verja del Parque Nanimori, frunció el ceño.

Durante todo el día había estado pensando en que hacer exactamente cuándo tuviese al bateador delante suya. ¿Hablar? ¿Luchar? No lo sabía, y eso le ponía nervioso. Imaginaba como le sonreiría y como le diría unas palabras inocentes cuando le acusara, pues en realidad, el problema no era Yamamoto, sino él mismo. Se negaba tal cosa.

De repente, echado en el césped, apareció el guardián de la Lluvia.

Estaba tumbado, con los ojos cerrados, ajeno a todo lo que le rodeaba. Aquello molestó al de cabellos plateados. Lo había retado a ¿luchar? , no invitado a un picnic nocturno.

Se acercó a él de manera sigilosa y se agachó, mirándolo con superioridad. No entendía como alguien tan estúpido podía ser mejor mano derecha del Décimo que él.

Sin previo aviso, unas manos le agarraron del cuello de la camisa y le tiraron al suelo. Gokudera soltó un quejido sorprendido, cuando se dio cuenta de que tenía a Yamamoto encima suya, mirándole, con la sonrisa que él tanto odiaba. Lo había inmovilizado.

Vaya, “Gookun”, pensaba que era yo el que tenía la guarda baja– Le dijo, divertido.

– ¡B-Bájate de encima! ¡Estúpido! ¡Y no me llames así, idiota! – Le espetó Gokudera, intentando soltarse de su agarre.

Te llamaré como yo quiera, “Gookun” –Respondió Yamamoto, riéndose– ¿No te parece que no estás en condiciones de insultarme? – .

– ¡IDIOTA! ¡DÉJAME LEVANTARME! – Respondió Smoking Bomb, rojo de ira.

Repentinamente, el guardián de la lluvia golpeó al de la tormenta.

Escúchame tú, gilipollas – La expresión de Yamamoto cambió radicalmente, y Gokudera tembló sin darse cuenta – Ya estoy muy cansado de tu mal genio y de tus tonterías.

El chico de ojos grises tragó saliva. Sabía que el bateador se enfadaba muy pocas veces, pero aquello se salía de todas sus calibraciones. Podía ver fuego en los ojos del pelinegro, y eso le ponía nervioso. Además, ¿de dónde había sacado tanta fuerza? ¡Se veía totalmente atrapado bajo el cuerpo de Yamamoto!

¿Qué te pasa, “Gookun”? – Preguntó, soltando una carcajada – Ya ni siquiera protestas. ¿Se te ha comido la lengua un león?

Gokudera no respondió.

¿O es que…te has cortado porque estoy tan cerquita tuya? – Dijo Yamamoto, divertido, acercando su rostro al de los cabellos plateados.

El guardián de la tormenta se encendió como una bombilla.

– ¡¿Se puede saber qué insinúas, maldito enfermo pervertido?! ¡B-Bájate de una vez, Takeshi! – Gritó este, rojo esta vez, de vergüenza.

Vaya, es la primera vez que me llamas por mi nombre… ¿Crees que el hecho de que esté tan cerca de ti es motivo para hablarme con más confianza? – Continuó picándole el moreno, sonriendo con malicia.

Tras observar detenidamente como Gokudera volvía a enrojecerse cuando más cerca estaba de él, agarró sus muñecas y las colocó por encima de sus cabezas. Y sin pensárselo dos veces, le mordió el labio de manera juguetona.

– ¿¡Pero qué…!? ¡¡AAH!!– Se quejó el de ojos grises, cerrando los ojos con fuerza y apartando la cara al instante, rojo como un tomate – Suéltame, Yamamoto.

Hasta que no me lo pidas por favor, no te voy a soltar –.

¡Y una mierda te lo voy a pedir como a ti te dé la gana! – Rugió, intentando zafarse de su agarre, encolerizado.

“Por favor” – Dijo despacito, sonriendo.

Suéltame– Respondió Gokudera tajante, pero refunfuñó ante la nueva negativa del moreno. Hablo entonces muy bajito, y a pesar de sus esfuerzos, sonó más como una súplica que como una orden– Suéltame… P-Por favor…-

Yamamoto suspiró, cerrando los ojos. Sonrió.

Dame una razón suficientemente buena para dejar que te vayas. – Dijo, sin abrir los ojos.

Lo que tú quieras te voy a decir… – Murmuró Gokudera, cuando repentinamente le asentó un cabezazo en la frente que lo liberó.

El guardián de la Tormenta se levantó de un salto y sacó las dinamitas de forma amenazadora, mientras retrocedía un paso. En cambio, el de la lluvia se limitó a erguirse y a dirigirle una sonrisa dulce. Gokudera cerró los puños, enfurecido.

Ale, ya estas suelto, gatito…. “Gookun” –.

¡Deja de llamarme así de una puta vez! Vuelve a decir ese nombre y te enseñaré lo que es la carne calcinada – Le amenazó.

– Bueno bueno, ya no digo nada… “Gookun”. – Yamamoto soltó una risotada ante su nuevo respingo. Le encantaba chinchar al platinado.

Acto seguido, se llevó el bate al hombro y se dio media vuelta, dispuesto a irse.

¡EH! ¿A DÓNDE TE CREES QUE VAS? – Preguntó Gokudera, interponiéndose en su camino, temblando de ira.

Me voy a casa, ¿a dónde si no? – Respondió el otro, sonriendo inocentemente– Mañana tengo mucho que hacer, tengo que ayudar a mi padre en el restaurante –.

¡Te he llamado para que vengas aquí para combatir! ¡No puedes huir ahora que estamos en igualdad de condiciones! ¡Cobarde!– Le espetó.

Yo no soy ningún cobarde, pero si quieres, podemos volver a repetir lo de antes… ya sabes, yo me tumbo, tú te acercas, yo te muerdo… – Contestó Yamamoto, divertido.

¡¡CÁLLATE!! – Gritó de nuevo, ruborizado.

En ese instante, el moreno le miró a los ojos. Entonces, Gokudera pudo ver otra vez esas llamas que iluminaban sus pupilas negras, unas llamas de ¿Deseo? El corazón de Smoking Bomb se estremeció en ese momento y apartó la mirada. Sentía las mejillas arder.

– Bueno, me marcho. Ya jugaremos mañana… “Gookun”– Dijo el moreno, sacándole la lengua y despidiéndose con la mano.

Gokudera resopló. Definitivamente, odiaba a Yamamoto.


Continuará...

2 comentarios:

Shoichi Patrix Paradas Phoenix dijo...

Menudo es Yamamoto xDDDDD, pero es que el otro le trata tan mal que... xDDDDDD.
Mola mucho tu fic nena.
¡Te quieroooo!

Namarie.

Yoru (L) dijo...

Es que se lo merece XDDDD son tan...(L)

GOKUDERA X YAMAMOTO POWEEEEEEEEER XDDDD!

Te quiero, mum ~